Libros de texto
Argumentos a favor y argumentos en contra
No cabe duda que el libro es un icono fácilmente asociable a la escuela y que hasta hace poco tiempo era una herramienta imprescindible para el aprendizaje escolar. Actualmente, en la era de la información se nos abre un gran abanico de posibilidades y recursos que pueden sustituir a los libros de texto. Además, las necesidades de la actual sociedad y la adaptación de las metodologías educativas a esta hace que muchos docentes duden de su eficacia.
Las razones anteriormente comentadas han abierto un debate educativo sobre su uso. Entre los docentes encontramos diversas opiniones: Desde las personas con metodologías más tradicionales que lo defenderán, hasta personas con metodologías más activas que lo verán prescindible e incluso contraproducente en su labor.
Los argumentos de ambos tipos de docentes son igual de válidos. Por ello voy a exponer los pros y contras del uso del libro de texto y una vez analizados, expondré mi opinión personal.
Argumentos a favor
Argumentos en contra
Opinión y conclusiones
Si estás leyendo esto, seguramente apuestes por otras metodologías distintas al uso del libro de texto como pilar fundamental en el aprendizaje.
Aunque, como he comentado anteriormente, el libro de texto ha sido visto siempre como un icono de la escuela, actualmente es una herramienta obsoleta si se hace un uso exclusivo del mismo.
El mensaje clave de esta entrada es la necesidad de adaptarnos al siglo XXI. Años atrás, cuando no había otra manera de acceder a la información, el libro de texto era, sin duda, la mejor opción. Actualmente, en la era del conocimiento y de la información podemos acceder desde cualquier dispositivo, como el teléfono móvil, que nos permita una conexión a internet y del que casi todo el mundo dispone. De hecho, hace unos días era noticia que en España ya habían más móviles que personas.
En internet encontramos infinidad de recursos que pueden sustituir a los antiguos libros. Como hemos visto, els uso de las TIC hará que el aprendaje sea más personalizado y que se adapte mejor al alumnado.
Esto no significa que no podamos usar libros de texto en el aula. Siguen siendo una herramienta muy valiosa si se entiende como un recurso más al que consultar y como otra fuente de ideas para realizar actividades.
Hay que redefinir no el qué se aprende, sino el cómo se aprende.
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