El efecto Pigmalión
Como afectan a nuestros alumn@s las expectativas que tenemos sobre ell@s
Trata a un hombre tal como es, y seguirá siendo lo que es; trátalo como puede y debe ser, y se convertirá en lo que puede y debe ser. Johann Wolfgang von Goethe
El mito de Pigmalión
Pigmalión fue un conocido rey de Chipre. Destacaba porque además de ser monarca, era un gran escultor que dedicaba gran parte de su vida a la práctica de este arte.
Debido a que era muy exigente con sus pretendientas a convertirse en su esposa y por su falta de tiempo, jamás encontró la mujer perfecta que compartiera el trono con él.
Ante esta frustración, decidió esculpir a su doncella ideal. Durante días y noches estuvo encerrado en su taller esculpiendo de blanco marfil la que sería su obra más preciada, a la que llamó Galatea. Pigmalión se enamoró locamente de aquella escultura. Pasaba mucho tiempo con ella: le hablaba, la vestía, la besaba, la cuidaba y deseaba que algún día fuese de carne y hueso.
Un día, mientras se celebraba una fiesta en honor a Afrodita, la diosa griega del amor, Pigmalión le pidió que diera vida a Galatea.
Cuando el rey volvió a su taller y besó a la escultura, esta se transformó en una persona de carne y hueso. Galatea se enamoró instantáneamente de su creador y vivieron felices el resto de su vida.
De este mito aprendemos como influyen las expectativas que tiene una persona sobre otra y como esto puede modificar aspectos conductuales, emocionales o incluso biológicos.
El efecto pigmalión
El psicólogo Robert Rosenthal y la profesora Lenore Jacobson realizaron el año 1965 en un colegio de California un experimento cuyos resultados conformarían lo que se conoce como el Efecto Pigmalión, el efecto Rosenthal o la profecía autocumplida.
Al iniciar el nuevo curso escolar, los investigadores realizaron unas pruebas de inteligencia a 300 alumnos de el instituto donde se estaba llevando a cabo el experimento.
Tras recibir los resultados de dichas pruebas vieron como todos los alumnos mantenían, en mayor o menor medida, una inteligencia similar.
Entonces, los investigadores eligieron al azar un grupo de alumnos y escribieron unos informes falsos sobre ellos en los que decían que habían pasado las pruebas muy satisfactoriamente y que tenían una inteligencia muy superior que la del resto de alumnos y alumnas. Una vez ya tenían los informes de todos, los hicieron llegar a sus profesores. Además, explicaron a sus docentes que podían ser más exigentes con ellos y que aprovecharían mucho más el curso académico que el resto de estudiantes.
En este punto dejaron que el curso escolar se realizara con normalidad sin intervenir en nada más. Una vez finalizó el curso se realizó la misma prueba a los 300 alumnos.
Los investigadores se sorprendieron al ver como los alumnos en un principio elegidos al azar, al acabar el curso realmente habían obtenido unas notas muy superiores al resto de sus compañeros.
Rosenthal y Jacobson decidieron profundizar más en su investigación y describieron cuatro factores que influyeron en este resultado.
→ Inconscientemente el profesor creó un clima más cercano respecto a estos alumnos. Lenguaje corporal, tono de voz…
→ El profesor era más exigente con ellos que con el resto. Se esforzaba por enseñarles nuevos contenidos.
→ Se les preguntaba más a menudo, con más frecuencia y más dificultad. Además, se les daba más tiempo para contestar y se les ofrecía más posibilidades para responder.
→ Se les elogiaba y se les animaba a adquirir más conocimientos.
Explicación
Años más tarde se pudo dar una explicación más científica al efecto Pigmalión.
Cuando alguien confía en nosotros y nos transmite su confianza, nuestro sistema límbico, el encargado de dar respuestas fisiológicas a determinados estímulos, es capaz de aumentar nuestra atención y nuestra eficacia y eficiencia cuando nos enfrentamos a las situaciones de nuestro día a día modificando nuestra actitud.
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